¿Qué pasó con la Democracia en la Unión Comunal de Junta de Vecinos?
Ayer, tras abandonar una reunión extraordinaria de la Unión Comunal de la Junta de Vecinos de Talca, pasadas las 20:00 horas, sólo me quedaron 750 pesos en mi pequeño chauchero de cuero, después de pagar la micro rumbo a casa.
Cómo no estar molesta y, lo que es peor aún, decepcionada de los 3 dirigentes que presidían la reunión – Carlos Bravo, Moisés Blaset y Eduardo Herrera –, quienes habían citado a sus asociados para llenar 2 cargos faltantes, aún cuando las elecciones se llevaron a cabo el pasado 25 de abril y votamos entre 5 candidatos. ¿Por qué sólo había tres personas y no cinco ante los asistentes, qué pasó?
La reunión comenzó a las 19:45 horas. Carlos Bravo comenzó explicando que se trataba de una reunión extraordinaria para llenar dos cargos de la directiva porque 2 de las personas electas habían renunciado.
¡Qué decepción mayor!, cuando una dirigenta solicitó conocer el porqué de las renuncias y Carlos Bravo dijo que se realizaría otra reunión para explicar todo, pero que ahora correspondía elegir los puestos faltantes y que fuéramos directo a lo que convocaba la reunión.
Inclusive, otra dirigenta (quien escribe) solicitó información sobre la votación en sí, pues era desconocida y no estaba publicada para conocimiento de todos los asistentes; entonces Carlos Bravo señaló que los candidatos habían obtenido la siguiente votación:
Manuel Valdés, 36 votos
Carlos Bravo, 32 votos
Moisés Blaset, 16 votos
Genaro Jorquera, 5 votos
Eduardo Herrera, 1 voto
No mencionó la cantidad de votos nulos y blancos (*).
Genaro Jorquera tuvo que pedir la palabra y solicitar se leyera su carta de renuncia – pues la asamblea tenía derecho a conocer sus razones, dijo – para que, finalmente, Carlos Bravo indicara a su secretario que leyera dicha carta y la de Manuel Valdés, el otro dirigente electo que había renunciado.
En resumen, ambos habían renunciado porque no se respetó el derecho de quien obtuvo la mayoría para optar al cargo de Presidente y los tres dirigentes que presidieron la reunión de ayer habían acordado que el Presidente de la Unión Comunal de Junta de Vecinos de Talca debía continuar siendo Carlos Bravo (**), por lo que 3 votos le ganaban a 2.
Carlos Bravo explicó que dicha elección no estaba fuera de la ley, porque ésta señalaba que en las Uniones Comunales se votaba por 5 candidatos e independientemente de la votación que cada uno obtuviera podía ser elegido cualquiera, bastaba con el acuerdo de los electos.
Pero, yo me pregunto ¿qué pasa con el derecho de la mayoría de los socios a elegir a quién los representará? Si nuestro voto no iba a incidir en la determinación de los cargos entre los 5 candidatos, entonces ¿por qué fuimos a votar?
La decepción continúo profundizándose al ver tan pocas juntas de vecinos y saber que la Presidenta de la Junta de Vecinos de La Florida tuvo que decir “a mi no me han invitado” para que le entregaran el sábado (en reunión de Consejo Territorial) una invitación, menos mal que asistió al Consejo o sino no nos habríamos enterado de la reunión de anoche. (Al correo electrónico de la junta de vecinos no llegó la invitación)
La decepción continúo creciendo aún más cuando aquellos asistentes que no estaban de acuerdo con lo sucedido y manifestaban su molestia, eran invitados a callarse y dejar de opinar al respecto. El tiempo era escaso y era preciso – lo más pronto posible – elegir los 2 cargos faltantes: tesorero y director, pues el Municipio no otorgaría el certificado de vigencia si la directiva no estaba completa, es decir, compuesta por cinco miembros.
Un dirigente levantó la mano y se ofreció para formar parte de la directiva. Una dirigenta levantó la mano y dijo que había recibido apoyo de la Unión Comunal el año pasado cuando recién fue electa, otro dirigente alzó su mano, una y otra vez, pero no le permitieron hablar. Los murmullos y pensamientos se dijeron en voz alta, y comenzó a escucharse: ¡ya, terminemos, y comencemos la elección!, ¡todos tenemos derecho a ser escuchados! Luego dos personas se pararon y se fueron molestas por la situación.
Cuando me levanté para abandonar la sala, pensé que mi dolor de cabeza y estómago habría sido mejor seguir sufriéndolos en casa, abrigada, pero la Presidenta de la Junta de Vecinos La Florida me había llamado para que fuera a la reunión y sólo mi compromiso con ella me obligó a asistir. Como su secretaria debía preocuparme por lo que sucedía en la Unión Comunal también, señaló.
Al ponerme de pie, Carlos Bravo preguntó inmediatamente si iba a proponer un candidato o continuaría con la misma discusión. Me voy a retirar, le dije, pero antes quiero manifestar mi opinión. Expliqué tranquilamente que me avergonzaba esta situación, si la mayoría de los votantes había respaldado a una persona debió respetarse el deseo de los socios; si no hay más jóvenes participando en las organizaciones era por hechos como éstos (con muy poca transparencia, como señaló en la reunión mi Presidenta); que esperaba que todo resultara bien, pero que no validaba la directiva actual y con mi presencia no iba a validar una elección de candidatos que no me parecía correcta y por eso me retiraba, pero que mantendría mis ojos puestos en la Unión Comunal porque si algo no me parecía iba a publicarlo, como lo hago ahora.
Estimado (Carlos Bravo), sí, es cierto que firmó una carta de apoyo a la organización que presido (Centro Cultural Kuraf Werken), pero nunca validó ese compromiso con su presencia. Además, el 2007 (momento en que solicité su firma en una carta de apoyo) recién comenzaba a conocer la gestión de la Unión Comunal y lamento decirle que hoy, a 10 de junio del 2009, me siento muy decepcionada por lo que he visto y oído, y no me atrevería a solicitar su apoyo para ninguna otra iniciativa.
La “Democracia” que tantas personas se arrogan haber defendido durante la Dictadura Militar mientras uno crecía “ignorante” de tales acontecimientos (nacida en el 74), ha sido mermada en su más básica expresión. Ciudadanos, dirigentes, pertenecientes a juntas de vecinos de Talca manifestaron mediante su legítimo derecho a sufragar (votar), respaldar a una persona como Presidente, si más tarde se resguardaron en la Ley y la manipularon a su favor para mantenerse en el cargo, nos demuestra que no estamos lejos de lo que se pretendía y aún se pretende evitar a toda costa: la obsesión por el poder.
Sí, soy ingenua al creer que las personas siempre harán lo correcto al final, y me he golpeado la cara con la puerta de la decepción más de una vez estos últimos meses. Ver como las acciones de sacrificio personal por los demás, por el sólo deseo de hacer el bien, apoyar y/o fortalecer instancias de participación, son recompensados por reclamos, indiferencia o el autobeneficio, me han mostrado que la ingenuidad ha sido mi compañera por demasiados años.
Pero, cómo se puede comprender que Cencoprota (en donde la Unión Comunal de Junta de Vecinos es integrante) postule a un Fondo de Fortalecimiento de la Sociedad Civil con el proyecto “Seminario Regional de Dirigentes Sociales: La Democracia no es el silencio, es la claridad con que se exponen los problemas y la existencia de medios para resolverlos” y, anoche, en la reunión se impida a los dirigentes el más básico derecho, la libertad de expresar una opinión frente a un dirigente que se supone nos representará por dos años más.
La Democracia, estemos de acuerdo con esta forma de gobierno o no, incluye también respetar el triunfo del contendor en una elección aún cuando éste no nos guste. Si la comunidad decide algo, ¿acaso no se debe escuchar? ¿Es que acaso los años son enemigos de la razón y bloquean nuestro juicio? o ¿Hubo presión política para no perder el cargo de Presidente?
Qué pasó después de que me retiré, lo desconozco. Dos años me bastaron para saber lo que no quiero repetir, ni volver a escuchar. Si alguien dice, se debe estar ahí para evitar que ocurran abusos, diré honestamente, que cuando alguien no quiere dar espacio a la participación, simplemente no se puede. Me niego a ser un número más en una lista que avale decisiones en las cuales no estoy de acuerdo, no tengo estirpe de un “calienta-asientos” mudo, y nunca seré una oveja del rebaño, sometida por el pastor a ser guiada por un camino que no me gusta, y tampoco pretenderé no escuchar ni ver nada, porque la indiferencia es el mayor cómplice de las injusticias.
Los 750 pesos que me quedaron de anoche sólo me alcanzan para un poco de pan y un rocklet (una bolsita de maní cubierto de chocolote, un vicio que me durará un par de meses), y mientras me coma éstos me sentaré a pensar qué hago: ¿dónde será mejor sembrar una semilla, en terreno fértil o terreno rocoso?, ¿dónde germinarán los frutos?
Me cansé de participar donde no se desea participación. Si alguien quiere convencerme, con argumentos, que vuelva a asistir a otra reunión de la Unión Comunal de la Junta de Vecinos de Talca, podemos conversar – nunca rehúyo una buena discusión – pero, lamentablemente, yo no tengo “el cuero tan duro” y la vida es muy valiosa para compartirla con personas que no se lo merecen y no desean mi compañía.
Saben, la verdad es que… aquí, entre nosotros, creo que compraré 2 rocklet, el pan ya veré; además, el chocolate tiene antioxidantes (detiene el envejecimiento, supongamos que es cierto) y alivia los pesares del alma. La desilusión se traga mejor con algo dulce.
Romy Bernal Díaz
Periodista
Y, en esta oportunidad, narro la historia como Secretaria de la Junta de Vecinos La Florida
NOTA: Al momento de publicar este artículo, me informaron que se propusieron voluntariamente dos personas para los cargos faltantes, como nadie más dijo yo, no hubo ni siquiera necesidad de hacer una votación.
(*) Sé que hubo nulos, el mío fue uno de ellos. Ahhh, y por cierto, antes de que se critique mi votación, les recuerdo que con el voto en la mano puedo y tengo libre albedrío para hacer lo que quiera, de eso se trata la Democracia. Por cierto, habría aceptado al señor Valdés como Presidente - aunque no haya votado por él - simplemente porque la mayoría lo decidió así.
Cómo no estar molesta y, lo que es peor aún, decepcionada de los 3 dirigentes que presidían la reunión – Carlos Bravo, Moisés Blaset y Eduardo Herrera –, quienes habían citado a sus asociados para llenar 2 cargos faltantes, aún cuando las elecciones se llevaron a cabo el pasado 25 de abril y votamos entre 5 candidatos. ¿Por qué sólo había tres personas y no cinco ante los asistentes, qué pasó?
La reunión comenzó a las 19:45 horas. Carlos Bravo comenzó explicando que se trataba de una reunión extraordinaria para llenar dos cargos de la directiva porque 2 de las personas electas habían renunciado.
¡Qué decepción mayor!, cuando una dirigenta solicitó conocer el porqué de las renuncias y Carlos Bravo dijo que se realizaría otra reunión para explicar todo, pero que ahora correspondía elegir los puestos faltantes y que fuéramos directo a lo que convocaba la reunión.
Inclusive, otra dirigenta (quien escribe) solicitó información sobre la votación en sí, pues era desconocida y no estaba publicada para conocimiento de todos los asistentes; entonces Carlos Bravo señaló que los candidatos habían obtenido la siguiente votación:
Manuel Valdés, 36 votos
Carlos Bravo, 32 votos
Moisés Blaset, 16 votos
Genaro Jorquera, 5 votos
Eduardo Herrera, 1 voto
No mencionó la cantidad de votos nulos y blancos (*).
Genaro Jorquera tuvo que pedir la palabra y solicitar se leyera su carta de renuncia – pues la asamblea tenía derecho a conocer sus razones, dijo – para que, finalmente, Carlos Bravo indicara a su secretario que leyera dicha carta y la de Manuel Valdés, el otro dirigente electo que había renunciado.
En resumen, ambos habían renunciado porque no se respetó el derecho de quien obtuvo la mayoría para optar al cargo de Presidente y los tres dirigentes que presidieron la reunión de ayer habían acordado que el Presidente de la Unión Comunal de Junta de Vecinos de Talca debía continuar siendo Carlos Bravo (**), por lo que 3 votos le ganaban a 2.
Carlos Bravo explicó que dicha elección no estaba fuera de la ley, porque ésta señalaba que en las Uniones Comunales se votaba por 5 candidatos e independientemente de la votación que cada uno obtuviera podía ser elegido cualquiera, bastaba con el acuerdo de los electos.
Pero, yo me pregunto ¿qué pasa con el derecho de la mayoría de los socios a elegir a quién los representará? Si nuestro voto no iba a incidir en la determinación de los cargos entre los 5 candidatos, entonces ¿por qué fuimos a votar?
La decepción continúo profundizándose al ver tan pocas juntas de vecinos y saber que la Presidenta de la Junta de Vecinos de La Florida tuvo que decir “a mi no me han invitado” para que le entregaran el sábado (en reunión de Consejo Territorial) una invitación, menos mal que asistió al Consejo o sino no nos habríamos enterado de la reunión de anoche. (Al correo electrónico de la junta de vecinos no llegó la invitación)
La decepción continúo creciendo aún más cuando aquellos asistentes que no estaban de acuerdo con lo sucedido y manifestaban su molestia, eran invitados a callarse y dejar de opinar al respecto. El tiempo era escaso y era preciso – lo más pronto posible – elegir los 2 cargos faltantes: tesorero y director, pues el Municipio no otorgaría el certificado de vigencia si la directiva no estaba completa, es decir, compuesta por cinco miembros.
Un dirigente levantó la mano y se ofreció para formar parte de la directiva. Una dirigenta levantó la mano y dijo que había recibido apoyo de la Unión Comunal el año pasado cuando recién fue electa, otro dirigente alzó su mano, una y otra vez, pero no le permitieron hablar. Los murmullos y pensamientos se dijeron en voz alta, y comenzó a escucharse: ¡ya, terminemos, y comencemos la elección!, ¡todos tenemos derecho a ser escuchados! Luego dos personas se pararon y se fueron molestas por la situación.
Cuando me levanté para abandonar la sala, pensé que mi dolor de cabeza y estómago habría sido mejor seguir sufriéndolos en casa, abrigada, pero la Presidenta de la Junta de Vecinos La Florida me había llamado para que fuera a la reunión y sólo mi compromiso con ella me obligó a asistir. Como su secretaria debía preocuparme por lo que sucedía en la Unión Comunal también, señaló.
Al ponerme de pie, Carlos Bravo preguntó inmediatamente si iba a proponer un candidato o continuaría con la misma discusión. Me voy a retirar, le dije, pero antes quiero manifestar mi opinión. Expliqué tranquilamente que me avergonzaba esta situación, si la mayoría de los votantes había respaldado a una persona debió respetarse el deseo de los socios; si no hay más jóvenes participando en las organizaciones era por hechos como éstos (con muy poca transparencia, como señaló en la reunión mi Presidenta); que esperaba que todo resultara bien, pero que no validaba la directiva actual y con mi presencia no iba a validar una elección de candidatos que no me parecía correcta y por eso me retiraba, pero que mantendría mis ojos puestos en la Unión Comunal porque si algo no me parecía iba a publicarlo, como lo hago ahora.
Estimado (Carlos Bravo), sí, es cierto que firmó una carta de apoyo a la organización que presido (Centro Cultural Kuraf Werken), pero nunca validó ese compromiso con su presencia. Además, el 2007 (momento en que solicité su firma en una carta de apoyo) recién comenzaba a conocer la gestión de la Unión Comunal y lamento decirle que hoy, a 10 de junio del 2009, me siento muy decepcionada por lo que he visto y oído, y no me atrevería a solicitar su apoyo para ninguna otra iniciativa.
La “Democracia” que tantas personas se arrogan haber defendido durante la Dictadura Militar mientras uno crecía “ignorante” de tales acontecimientos (nacida en el 74), ha sido mermada en su más básica expresión. Ciudadanos, dirigentes, pertenecientes a juntas de vecinos de Talca manifestaron mediante su legítimo derecho a sufragar (votar), respaldar a una persona como Presidente, si más tarde se resguardaron en la Ley y la manipularon a su favor para mantenerse en el cargo, nos demuestra que no estamos lejos de lo que se pretendía y aún se pretende evitar a toda costa: la obsesión por el poder.
Sí, soy ingenua al creer que las personas siempre harán lo correcto al final, y me he golpeado la cara con la puerta de la decepción más de una vez estos últimos meses. Ver como las acciones de sacrificio personal por los demás, por el sólo deseo de hacer el bien, apoyar y/o fortalecer instancias de participación, son recompensados por reclamos, indiferencia o el autobeneficio, me han mostrado que la ingenuidad ha sido mi compañera por demasiados años.
Pero, cómo se puede comprender que Cencoprota (en donde la Unión Comunal de Junta de Vecinos es integrante) postule a un Fondo de Fortalecimiento de la Sociedad Civil con el proyecto “Seminario Regional de Dirigentes Sociales: La Democracia no es el silencio, es la claridad con que se exponen los problemas y la existencia de medios para resolverlos” y, anoche, en la reunión se impida a los dirigentes el más básico derecho, la libertad de expresar una opinión frente a un dirigente que se supone nos representará por dos años más.
La Democracia, estemos de acuerdo con esta forma de gobierno o no, incluye también respetar el triunfo del contendor en una elección aún cuando éste no nos guste. Si la comunidad decide algo, ¿acaso no se debe escuchar? ¿Es que acaso los años son enemigos de la razón y bloquean nuestro juicio? o ¿Hubo presión política para no perder el cargo de Presidente?
Qué pasó después de que me retiré, lo desconozco. Dos años me bastaron para saber lo que no quiero repetir, ni volver a escuchar. Si alguien dice, se debe estar ahí para evitar que ocurran abusos, diré honestamente, que cuando alguien no quiere dar espacio a la participación, simplemente no se puede. Me niego a ser un número más en una lista que avale decisiones en las cuales no estoy de acuerdo, no tengo estirpe de un “calienta-asientos” mudo, y nunca seré una oveja del rebaño, sometida por el pastor a ser guiada por un camino que no me gusta, y tampoco pretenderé no escuchar ni ver nada, porque la indiferencia es el mayor cómplice de las injusticias.
Los 750 pesos que me quedaron de anoche sólo me alcanzan para un poco de pan y un rocklet (una bolsita de maní cubierto de chocolote, un vicio que me durará un par de meses), y mientras me coma éstos me sentaré a pensar qué hago: ¿dónde será mejor sembrar una semilla, en terreno fértil o terreno rocoso?, ¿dónde germinarán los frutos?
Me cansé de participar donde no se desea participación. Si alguien quiere convencerme, con argumentos, que vuelva a asistir a otra reunión de la Unión Comunal de la Junta de Vecinos de Talca, podemos conversar – nunca rehúyo una buena discusión – pero, lamentablemente, yo no tengo “el cuero tan duro” y la vida es muy valiosa para compartirla con personas que no se lo merecen y no desean mi compañía.
Saben, la verdad es que… aquí, entre nosotros, creo que compraré 2 rocklet, el pan ya veré; además, el chocolate tiene antioxidantes (detiene el envejecimiento, supongamos que es cierto) y alivia los pesares del alma. La desilusión se traga mejor con algo dulce.
Romy Bernal Díaz
Periodista
Y, en esta oportunidad, narro la historia como Secretaria de la Junta de Vecinos La Florida
NOTA: Al momento de publicar este artículo, me informaron que se propusieron voluntariamente dos personas para los cargos faltantes, como nadie más dijo yo, no hubo ni siquiera necesidad de hacer una votación.
(*) Sé que hubo nulos, el mío fue uno de ellos. Ahhh, y por cierto, antes de que se critique mi votación, les recuerdo que con el voto en la mano puedo y tengo libre albedrío para hacer lo que quiera, de eso se trata la Democracia. Por cierto, habría aceptado al señor Valdés como Presidente - aunque no haya votado por él - simplemente porque la mayoría lo decidió así.
(**) Manuel Valdés explicó en su carta de renuncia que en la directiva anterior, Carlos Bravo fue elegido Presidente porque obtuvo la mayoría, entonces por qué ahora no se respetaba el mismo principio.
Me parece que el dolor que se siente al leer vuestra publicación, es además con mucha rabia ya que la impotencia de no poder darles un buen remezon a estos muchachos inconscientes que tienen estos cargos, a mi tambien me aflige, yo soy Ricardo, un ciudadano que vive en Talcahuano, en la región del Bio-Bio, acá aún no tenemos junta de vecinos ya que mi barrio es nuevo, pero creo que luego habrá que formar alguna, la diferencia me parece que la gente de acá es mas accesible, y tiene los oidos limpios para escuchar y la madurez suficiente para tener algún cargo que requiera esta comunidad, son muchas las cosas que me gustaria decirte amiga, pero lo mas importante es que la vida está llena de desencantos, pero la fuerza para lograr los objetivos debes buscarla en Dios y tus verdaderos amigos, no te desmoralices fuerza para seguir adelante y recuerda que por algo DIOS nos hizo con dos oidos y una boca, se supone que debemos escuchar más de lo que hablamos. Un cariñoso saludo y un abrazo de fuerza. Ricardo
ResponderBorrarEstimado Ricardo, tienes toda la razón, a pesar de los desencantos uno debe buscar la fuerza para seguir adelante.
ResponderBorrarGracias por tus palabras de aliento, seguiré tus consejos.
Saludos a la Región del Bío Bío, recuerdo mis días de estudiante en Concepción.